lunes, 12 de mayo de 2008

Una religión llamada Apple

Apple es reconocida por sus computadores de impecable diseño, por los iPod que se venden más que cualquier otro reproductor de música o video (más de 100 millones desde su lanzamiento en el 2001) o por el teléfono iPhone, catalogado como el invento del año 2007 por la revista Time. Pero detrás de esos éxitos está un hecho que no se ve con otras compañías: la devoción de los clientes por sus productos es tan fuerte que muchos, antes que usuarios, se consideran fanáticos de la marca. El fervor de esta hinchada es evidente cada vez que la empresa lanza cualquier dispositivo novedoso. Sucedió con el iPhone en junio del 2007, más tarde en septiembre con el iPod Touch y luego a finales de octubre con el lanzamiento de Leopard, la versión más reciente del sistema operativo MacOS X. En enero del 2008, la compañía sorprendió con el MacBook Air, el portátil más delgado del mundo, y su más reciente golpe de opinión lo dio el mes pasado con la liberación del SDK del iPhone y el iPod touch, que permitirá que miles de desarrolladores puedan crear programas con más facilidad para estos dos dispositivos.
Las cifras hablan por sí solas. Apple reportó la activación con AT&T de 270.000 iPhone durante sus primeras 30 horas en el mercado. Para mediados de enero del 2008, la compañía dijo haber vendido 4 millones de estos aparatos, por lo que se ubica como el segundo teléfono inteligente en Estados Unidos, por encima de todos los dispositivos de este tipo que cuentan con los sistemas operativos Windows Mobile, Palm OS, Symbian y Linux (solo lo supera el BlackBerry). Esa magia generada por los dispositivos de Apple en el mercado ha llevado a la compañía a un estatus envidiable. Ya se ubica en el tercer lugar de ventas de computadores en Estados Unidos, por encima de marcas como Toshiba y Acer, según la firma IDC, y debajo de HP y Dell; además, es el líder mundial del mercado de reproductores portátiles de música, con un 79 por ciento de participación.

Eso, a su vez, se traduce en un desempeño que tiene más que felices a sus accionistas: en diciembre del 2007 Apple, que hace apenas diez años estaba desahuciada por los expertos y casi en quiebra, alcanzó su mejor momento en la bolsa de valores y llegó a valer más que gigantes legendarios de la industria como IBM e Intel.

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